Días antes de casarme, me telefoneó la mejor amiga de mi novia, y me pidió que fuera a su casa.
Cuando llegué me dijo:
Me quedé pensando un momento y salí corriendo a la calle en busca de mi coche.
Y me encontré a mi novia en la acera.
Se acercó a mi y me abrazó llorando.
Moraleja:
Deja siempre los condones en el coche
¡Pobre novia ingenua!
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